El valor de la cruz

Pbro. Ernesto María Caro

Desafortunadamente, el hombre de hoy tiene un concepto equivocado de lo que es la ascesis o penitencia y en muy baja estima el valor de la cruz. La vida cómoda y materialista que vivimos nos hace despreciar con facilidad estos dos valores que son fundamentales en la vida (cf. Mt 10, 38), no sólo para alcanzar la santidad y con ello la plenitud, sino incluso para poder vivir una vida razonablemente alegre y estable. Y es que la penitencia actúa como una fuerza reguladora sobre nuestras pasiones y deseos, los cuales dejados en libertad pueden llegar a destruir nuestra vida. Para contenerlos, en algunos casos debemos agregar a nuestra vida algo, “ ascesis positiva”, y en otros eliminar o matizar, “ ascesis negativa”. En ambas direcciones la penitencia supone una renuncia, por lo que esto no se podrá hacer sin la ayuda de la cruz y del Espíritu Santo. La penitencia cristiana, correctamente entendida, no es estoicismo, ni platonismo, por lo que no se trata de destruir nuestro cuerpo, sino que es una “herramienta espiritual que ayuda a que los criterios y la vida evangélica, pasen de la mente al corazón y del corazón a la vida diaria”.