Biblia

Pbro. Ernesto María Caro

San Jerónimo decía, “desconocer las Escrituras es desconocer a Jesucristo”. Sin embrago, esta es la triste realidad de muchos de nuestros cristianos. Por ello daremos un pequeño panorama que nos ayude a conocer mejor la Escritura y amarla más. Lo primero que debemos saber es que la Escritura se escribió en un largo período de tiempo; en ella se describe la vida de un pueblo que cree en Dios, que vive de acuerdo a una ley y que celebra la alianza que ha hecho con su Dios. La Sagrada Escritura refleja la vida de un pueblo que ha dejado que Dios lo conduzca y lo lleve a vivir la plenitud de su amor. Es la aventura de amor entre Dios e Israel, aventura que tuvo sus altibajos, pues la debilidad del hombre lo ha llevado a traicionar la Alianza y a su Dios. Esta es nuestra historia, es la historia del Dios que no se conforma con crear sino que busca llevar a su criatura, a pesar de su rebeldía, a conocer la riqueza inagotable de su amor. La Sagrada Escritura nos revela el proyecto salvífico de Dios para el hombre.

Estilos literarios

Otro elemento que es importante conocer para entender mejor la Escritura es que en ella encontramos diferentes “estilos literarios”. Estos buscan ante todo darnos un mensaje de tipo Teológico y no siempre histórico, (al menos en el mismo sentido que nosotros entendemos la historia cronológicamente). Por ello en el Génesis, encontramos que los primeros 12 capítulos (hasta Abraham) nos presentan la “prehistoria” de la Sagrada Escritura. El (o los) autores buscan más que indicarnos “cómo fue” exactamente al inicio, pretenden indicarnos “qué sucedió”. Así, en el capítulo de la creación, cuando se habla de 7 días no podemos entenderlos en el mismo sentido que hoy entendemos un día (24 horas), el autor nos enseña que la creación tiene como origen a Dios y que en ella hay todo un orden, que además es lógico y no arbitrario. De no saber esto se cae en una serie de errores que crean gran confusión en el lector. De cualquier manera, dicho sea de paso, la lectura del AT necesita de manera ordinaria una persona instruida en Sagrada Escritura que nos ayude a entenderla, por lo que es preferible iniciar siempre con la lectura y estudio del NT.

Como leerla

Es fundamental la lectura de la Sagrada Escritura, pero ¿cómo hacerlo? Ciertamente podríamos encontrar diferentes opiniones y orientaciones para esto. Yo te propongo iniciar leyendo 15 minutos diarios el NT. Empezar por el Evangelio de san Lucas, siguiendo con el libro de los Hechos de los Apóstoles, que por haber sido escritos por el mismo autor, nos presentan una visión de conjunto de la predicación de Jesús, así como de los comienzos de la Iglesia. Continuar con las Cartas de San Pablo de quien Lucas fue discípulo, así como la carta a los Hebreos. Enseguida regresamos al evangelio de Marcos que nos presenta lo que fue el primer catecismo cristiano, siguiendo la enseñanza de San Pedro en Roma. Continuar con las Cartas del San Pedro para mantener la misma teología y lenguaje. Regresar ahora al evangelio de Mateo que nos presenta la instrucción para las comunidades Judaicas, por lo que usa muchos “arameísmos” buscando explicar el cumplimiento de todas las profecías. Enseguida las Cartas de Santiago y Judas también dirigidas a comunidades hebreas. Finalizar con el evangelio de Juan, sus Cartas y el Apocalipsis.

El Antiguo y Nuevo Testamento

La Sagrada Escritura o Biblia (del griego biblos=Libros), está formada esencialmente de dos partes: la primera es conocida como Antiguo o Primer Testamento y la segunda como Nuevo o Segundo Testamento. El primero nos narra la historia de salvación realizada a través del pueblo de Israel y prepara la llegada del Mesías; el segundo nos presenta la vida, palabras y obras de Jesucristo hijo de Dios, así como el desarrollo de la primera comunidad cristiana. El AT está formado por 46 libros divididos en Históricos, Sapienciales y Proféticos. De estos 46 libros, 7 de ellos son llamados deuterocanónicos y no son reconocidos como canónicos por las iglesias de la reforma (protestantes). El NT está formado por 27 libros, dividido en Evangelios, Cartas, Hechos y Apocalipsis. El AT está escrito originalmente en hebreo, lengua de los judíos y el NT está escrito en griego lengua común usada en todo el imperio Romano.

Los primeros libros de la Biblia

Los primeros cinco libros de la Biblia se conocen como “Pentateuco” (Penta=cinco y Teucos=escritos o volúmenes). Es conocido por los judíos como la Ley o la Torá. Originalmente se pensaba que habían sido escritos directamente por el mismo Moisés, sin embargo, la exégesis moderna nos ha revelado que fue escrito por diferentes autores y que más bien se trata de una recopilación de enseñanzas, costumbres y la historia del pueblo desarrollada a lo largo de muchos años. Al parecer, existieron cuatro diferentes fuentes o escuelas que fueron conformando estos escritos: la más antigua, la tradición yahvista, llamada así por usar el norme de Yavéh para nombrar a Dios; la eloísta, que usa Eloí para nombrar a Dios; la deuteronomista a la que se le atribuye el Deuteronomio y algunos pasajes de Números y Levítico; finalmente aparecerá la escuela Sacerdotal probablemente después del destierro (ca. 516 a.C.) que dará forma y completará la redacción de estos cinco libros. De esta manera tenemos que habrán pasado aproximadamente 1500 años desde que Abraham salió de Ur de Caldea hasta que el Pentateuco queda como lo tenemos actualmente.