Juegos de adivinación

Pbro. Ernesto María Caro

El hombre se acerca a los diferentes medios de adivinación buscando respuestas a las interrogantes de su vida. Sin embargo, Dios ha dispuesto que no conozcamos el futuro ni muchos de sus misterios. El futuro es algo que hay que ir viviendo día con día, con sus gozos y esperanzas, con sus penas y alegrías. Jesús no vino a quitar de nuestra vida el sufrimiento, sino a darle el verdadero sentido en el amor. La Santísima Virgen María, con todo y ser la Madre de Dios, no vivió en este sentido, de privilegios especiales. Dios la llevó por el camino de la fe, creer en lo que no se ve, y esperar en lo que no se tiene. Este es el camino del cristiano vivido en el amor. No te dejes engañar, no busques la comodidad de saber las cosas por medios extraordinarios. No busques apartar de ti el dolor por medios equivocados, no busques la solución en donde sólo encontrarás más problemas. Busca con todo tu corazón a Dios y serás feliz, plenamente feliz. Apártate de quienes te inducen, y busca que ellos mismos se aparten por su propio bien. La Biblia expresamente así lo prohíbe, no es un invento o un cuento. Algunas de las citas que dan testimonio de lo que hemos dicho son: Lev 19, 31;20, 6; Dt 18, 10; Jr 29, 8; 2Re 20, 2-6; Miq 5, 12; Is 2, 6; Zac 10, 2; 1Pe 5, 8-11; St 4, 7; 2Tm 2, 22-26; Ef 6, 11-12; Hech 13, 6-11; 2Cor 11, 3. Puedes ver lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre esto en los Nos. 2115-2117.

“Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad.” (CIC 2115)

“Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.” (CIC 2116)

“Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.” (CIC 2117)

No permitamos que este tipo de “Juegos” nos destruyan o lleguen a destruir nuestra propia familia.