Dios en el hogar

Pbro. Ernesto María Caro

Al celebrar la fiesta del Apóstol San Andrés, la Escritura nos recuerda la importancia de nuestra acción apostólica, lo vital que es para la Iglesia nuestro testimonio. ¿Cómo creerán si no han oído hablar de él? decía San Pablo a la comunidad de Roma. Apliquemos esto a nuestro círculo más íntimo: nuestra propia casa: ¿Cómo creerán nuestros hijos si nosotros nunca hablamos de Jesús? ¿Cómo aprenderán a rezar si nosotros no oramos, si pocas son las veces en las que oramos junto con ellos? ¿Cómo conocerán a Jesús, si la Sagrada Escritura no se lee y se comenta en la familia? El mundo es muy astuto… trabaja con los niños, pues lo plantado en ellos permanecerá - bueno o malo. Como ves no hemos sido enviados muy lejos para anunciar la buena noticia de Jesucristo, para darlo a conocer, para ser sus testigos: nuestra propia casa es campo de Misión. Sepamos responder a nuestro compromiso vocacional.