Imágenes

Pbro. Ernesto María Caro

Uno de los temas que continúan causando división entre las diferentes iglesias cristianas y confundiendo, es el uso de imágenes. Basada en una interpretación equivocada de Lutero Ex 20, 4, en la cual, Dios manda al pueblo “no construir imágenes”. El problema de esta cita es, como siempre, sacarla de su contexto. Sin embargo, lo que Dios prohibió es “tener ídolos”, ya que son muchos los pasajes en los que se muestra cómo el mismo Dios les mandó hacer imágenes que les hablaran de las realidades que no pueden ver (Cf. Ex 25, 10-12; Num 21, 4-9; Re 6, 23-28; 7, 23-26; Sb 16, 5-14; Jn 3, 14-15). En Ex 20, 1 Dios prohíbe al pueblo adorar otros dioses, los cuales son imágenes (como lo repetirá hasta el cansancio la Biblia). El problema de las imágenes es la “sustitución de Dios” y no la imagen en sí. Esto se comprueba en la misma Escritura ya que un poco más adelante Dios manda construir unas imágenes de Querubines para el arca Ex 25, 18-20. Nosotros no creemos que un cuadro o imagen, sea de Jesús o de la Virgen María o de alguno de los santos, sea Dios. Simplemente nos recuerda una presencia, que sabemos bien que está en el cielo. Es fuente de inspiración para nuestras oraciones, pues el hombre necesita de elementos físicos, para relacionarse adecuadamente. Esto no excluye que Dios pueda darle a algunos objetos la “capacidad” de obrar prodigios en su nombre ya que hasta la misma “sombra de San Pedro era capaz de curar enfermos” (Hch 5, 15). Por ello no despreciemos el tener imágenes en nuestras casas, ni de darles la veneración que ellas merecen como instrumentos de Dios para nuestra vida espiritual.