Tiempo de adviento

Pbro. Ernesto María Caro

Esta palabra viene del latín “Adventus”. Término que significa “venida” y era usado ya desde el medievo para indicar todos los eventos y preparativos que se realizaban en una población en atención a la visita que algún alto dignatario realizaría a ésta. La iglesia adoptó esta expresión para identificar el tiempo en el que, de una manera especial, el pueblo cristiano recuerda, que el Reino de los cielos, es una esperanza activa. Por ello, el tiempo de adviento nos ayuda a preparar la llegada del Reino que un día llegará de manera definitiva con la venida de Cristo al final de los tiempos; y mientras esto sucede se refiere al Reino que se hace presente en nuestra vida, aunque de manera imperfecta, cuando nosotros abrimos nuestras puertas al amor, a la comprensión, a la justicia y al perdón. Adviento: tiempo de esperanza activa.

Tiempo de mejorar

Para todos los que llegan al final del año cansados por el intenso trabajo, tanto espiritual como físico, el profeta tiene una palabra para ellos: «¡Ánimo!». El Adviento tiene, dentro de su dinámica espiritual, el propósito de fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza a fin que nuestra caridad y la vida evangélica no desfallezcan sino que se fortalezcan y se hagan cada vez más visibles. La fiesta del nacimiento de Cristo nos recuerda que la encarnación no es un cuento, sino la realidad más sublime que haya jamás existido: Dios se hace hombre para participar activamente en nuestra historia. Por lo tanto, sus enseñanzas y sus promesas, son una realidad. No vivimos más como esclavos, sino como hijos de Dios en el Reino del Padre. No necesitamos construir solos nuestra vida, nuestra familia, nuestra sociedad, para ello Dios ha enviado el Espíritu Santo para que trabaje con nosotros, para que su fuerza sea nuestra fuerza. Si, el tiempo del adviento es tiempo de recobrar el ánimo, Dios está entre nosotros, en nuestras familias, en nuestra sociedad, en nosotros mismos. Basta solo abrir los ojos y dejarlo actuar para darnos cuenta que ésta es ya una realidad. ¡Animo, Dios ha venido para salvarnos y darnos una vida plena en su amor!