Los animales y el cielo

Pbro. Ernesto María Caro

Pregunta:

Estimado Padre: yo quisiera pedirle que me ayudara con una duda que siempre he tenido. Quisiera saber ¿por qué la Iglesia considera que los animales no están con Dios en el cielo cuando mueren? ¿No es cierto que en el paraíso todos vivían en armonía, o es una figura alegórica únicamente? Además, ¿No son también criaturas puras que actúan por instinto sin maldad a diferencia de nosotros los humanos? Esperaría que fuera un misterio de la iglesia, pues a mí me gustaría encontrar, si Dios me recibe en el cielo, a toda la creación terrenal. ¡Muchas Gracias!

Respuesta:

El Cielo es un estado espiritual del cual sólo gozan los seres que tienen alma espiritual. Por ello los animales, cualesquiera que sean no van al cielo, pues al morir mueren ellos.

El hombre tiene un alma espiritual que no muere nunca. Es cierto que en la tierra nos encariñamos con los animales con los que convivimos, pero ese cariño es debido a que nosotros, por tener alma espiritual tenemos una inclinación natural a amar todo lo creado.

Por lo que dices de la creación y de los animales en el paraíso, recuerda que el paraíso es, un lugar teológico que sirve para ilustrar el tema de la creación. Aun así, en el principio existieron también los animales, los cuales fueron puestos a nuestro servicio, pero no son como nosotros y su función en la tierra obedece a su servicio en favor del hombre.

Por ello el catecismo de la iglesia nos enseña que:

“La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la del cuerpo, es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza” (CIC. 365).

En otro lugar nos dice que:

“La iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios - no es por los padres -, y que es inmortal: no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final” (CIC. 366).

Nuestra responsabilidad, como parte de la creación, es cuidar de lo que Dios nos ha dado, pero sin traspasar los límites, en los que, como ocurre a menudo, los animales llegan a ser más importantes que los mismos humanos. Ojalá y esto dé luz a tu pregunta.