Primera Lectura
1 Timoteo 6, 2-12
Querido hermano: Lo que te he dicho anteriormente, es lo que debes enseñar e inculcar. Porque, quien enseña doctrinas diferentes y no se atiene a las palabras de salvación de Jesucristo, nuestro Señor, y a lo que enseña la religión verdadera, es un orgulloso e ignorante, obsesionado por las discusiones y los juegos de palabras. Y lo único que nace de todo ello, son envidias, pleitos e insultos, sospechas perjudiciales y continuos altercados, propios de hombres de mente depravada, privados de la verdad y que consideran que la religión es un negocio.
Ciertamente la religión es el gran negocio, pero sólo para aquel que se conforma con lo que tiene, pues nada hemos traído a este mundo y nada podremos llevarnos de él. Por eso, teniendo con qué alimentarnos y con qué vestirnos nos damos por satisfechos.
Los que a toda costa quieren hacerse ricos, sucumben a la tentación, caen en las redes del demonio y en muchos afanes inútiles y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se han desviado de la fe y se han visto agobiados por muchas tribulaciones. Tú, en cambio, como hombre de Dios, evita todo eso y lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos.
Meditatio
Cuánta verdad tiene la palabra del apóstol dirigida a Timoteo: "El afán de dinero es la raíz de todos los males". Es por dinero que el hombre llega no sólo a cometer los crímenes más terribles, sino que es incluso capaz de renunciar a su propia identidad como persona. Decía un amigo: "Conozco gente tan pobre, tan pobre que lo único que tiene es dinero".
El afán de atesorar nos vacía y aísla en nuestro pequeño mundo, roba poco a poco la paz del corazón y nos sume en la tristeza y la soledad. Y no es que el dinero sea malo en sí mismo, sino que es, como bien dice el apóstol, una trampa para hacerle perder al hombre el sentido de los auténticos valores como son la familia, los amigos, el descanso.
Si no queremos perder el sentido de la vida y con ello la felicidad, debemos aprender a compartir, a reconocer, como dice Jesús, que hay más felicidad en dar que en recibir. No permitas que el dinero te posea, sé señor del dinero y haz buen uso de lo que Dios te ha dado.
Oratio
Señor, sé que sólo tú eres mi riqueza, mi tesoro y lo más preciado que tengo. Mientras más te conozco más sé que tú no olvidas a los que se fían de ti; por eso vuelvo a declarar que tú eres mi bien y en ti tengo puesta mi confianza. Señor, tú has abierto tus manos para darme lo que necesito, pero hoy yo abro las mías para el más necesitado.
Actio
Hoy buscaré a una persona con verdaderas carencias y compartiré algo de lo material que Dios me ha dado.
Evangelio
Mateo 21 33-43
En aquel tiempo Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del puebloesta parábola: «Había una vez un propietario que plantó un viñedo lo rodeó con una cerca cavó un lagar en él construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.<br /><br />Llegado el tiempo de la vendimia envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados golpearon a uno mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados en mayor número que los primeros y los trataron del mismo modo.<br /><br />Por último les mandó a su propio hijo pensando: A mi hijo lo respetarán. Pero cuando los viñadores lo vieron se dijeron unos a otros: Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia. Le echaron mano lo sacaron del viñedo y lo mataron.<br /><br />Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo ¿qué hará con esos viñadores?» Ellos le respondieron: «Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo».<br /><br />Entonces Jesús les dijo: «¿No han leído nunca en la Escritura: <i>La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?</i><br /><br />Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».