¿Es María divina?

Pbro. Ernesto María Caro

Pregunta:

Padre: Yo pienso que María Santísima, nuestra madre, es persona divina, pues ella es un soplo divino de Dios Padre. Ella nace del seno del divino Padre eterno, por lo que es la divina madre eterna, y la iglesia algún día así la reconocerá y titulará.

Respuesta:

A lo largo de la historia hemos sabido de muchos que han manifestado un grande amor a María Santísima, sin embargo, cuando ese amor es desmedido, se han cometido grandes errores en el pasado, como el que ahora se propone.

Primeramente hay que tener claro que María es una criatura como tú y como yo, lo digo en el sentido que nació de unos padres como tú y como yo. La iglesia y la tradición nos dicen que sus padres se llamaron Joaquín y Ana. Ella nació en un hogar como el nuestro. Ciertamente ella, por ser la madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, es realmente, y así le llamamos: “Madre de Dios”, en cuanto a la encarnación del Verbo eterno. Ella, por esta misma razón, fue preservada del pecado original, por lo que le llamamos y es realmente “Inmaculada”.
Y al final de su vida, ella, como todos nosotros, murió. Sin embargo, por su participación única en el misterio de Dios y de Jesucristo, fue llevada al cielo en cuerpo y alma. Es decir, su resurrección ocurrió como la de Cristo, y no tuvo que esperar la consumación de los tiempos. Su cuerpo no conoció la corrupción.

Como ves, María Santísima tiene muchas prerrogativas únicas que le vienen por haber sido escogida como Madre de Dios y por la respuesta generosa que dio a Dios. Pero es humana, no divina. Este es un grave error.

Sabemos, por la revelación que nos hizo Jesucristo, que tenemos un solo Dios en tres personas distintas que son: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Es muy importante el amar y el tener una relación amorosa con María, pero en la medida en que la reconocemos como parte de nuestra raza, de nuestra misma humanidad, tu amor a ella crece, pues ves que su obrar realmente obedece a una fe inquebrantable y a un amor sin límites a Dios y a su proyecto del Reino.