Dios y los ovnis

Pbro. Ernesto María Caro

Pregunta:

En mi patria, Chile, han sido vistos en varias ocasiones objetos voladores no identificados. Esto es sobre todo al extremo sur. Incluso tengo parientes que han sido testigos de un avistamiento. Quizás ustedes se rían de mí, quizás mi Señor también, pero es a lo único que le tengo susto en este mundo. Mis hijos mayores me dicen que mucho más peligroso es el diablo, que ellos sí le temen a eso. Les expliqué que Dios nos enseñó cómo espantarlo y huir de él. Pero los ovnis ¿En qué lugar están? Me refiero a ¿Qué lugar de la creación ocupan? Espero me pueda contestar.

Respuesta:

Mira, es todavía un tema de discusión teológica la existencia de vida en otros planetas. De acuerdo a algunos teólogos, la Sagrada Escritura presenta evidencias de que no existe y que nosotros somos las únicas creaturas de la creación; sin embargo, algunos teólogos pretenden encontrar evidencias en la Escritura de que hay vida en otros planetas, por lo que el tema a discusión es saber sí la vida en otros planetas es de características espirituales (como la humana) o no.

Sobre esto también hay un gran debate teológico, que está fundado en suposiciones, pues no hay aún evidencia concreta de que exista. Mi punto de vista, ya que es una cuestión abierta al diálogo interdisciplinar filosófico-teológico, es que de existir tendríamos que averiguar, si los seres de los otros planetas son sujetos de la redención, esto es si poseen como nosotros un alma espiritual. De ser así estaríamos hablando de la necesidad de evangelizarlos y presentarles a Jesucristo, puesto que lo que sí es evidente es que existe un solo Dios, que es una Trinidad, y que esa Trinidad es Padre, Hijo y Espíritu Santo y que el Hijo se encarnó y se hizo humano como nosotros para salvarnos a todos. De suerte que, si existieran criaturas de naturaleza espiritual en el universo, nuestra tarea sería evangelizarlos. Sin embargo, como te digo, todo esto es solo especulación teológica y científica. Por ello no debemos de temer, pues lo más seguro es que de existir, sean seres pacíficos, pues tienen, como nosotros el mismo origen: Dios. El Dios del amor que nos ha revelado Jesucristo.

Por ello no les temas, a quien hay que temer es al demonio, pues esa criatura es verdaderamente perversa y está, como dice San Pedro, como león rugiente buscando devorarnos (cfr. 1 Pe 5, 8). De él y de sus acechanzas hay que vivir siempre lejos.