INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (Aleluya).

HIMNO



Salmodia

ANTÍFONA 1
Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.

Salmo 114
ACCIÓN DE GRACIAS

Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí,
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.

Se dice Gloria al Padre.

Se puede repetir la antífona
Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.

ANTÍFONA 2

El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Salmo 120
EL GUARDIÁN DEL PUEBLO

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
Él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Se dice Gloria al Padre.

Se puede repetir la antífona
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

ANTÍFONA 3

Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

Ap 15, 3-4
CANTO DE LOS VENCEDORES

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Se dice Gloria al Padre.

Se puede repetir la antífona
Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!


LECTURA BREVE

En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra, diciendo: "Señor, si quieres, puedes curarme". Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero. Queda limpio". Y al momento desapareció la lepra. Entonces Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie y añadió: "Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio".

Y su fama se extendía más y más. Las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a lugares solitarios para orar.


RESPONSORIO BREVE

V. Será la bendición de todos los pueblos.
R. Será la bendición de todos los pueblos.

V. Lo proclamarán dichoso todas las razas de la tierra.
R. Todos los pueblos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Será la bendición de todos los pueblos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona
Los magos, advertidos en sueños por el ángel, regresaron a su tierra por otro camino.

Cántico de la Santísima Virgen María
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Se dice Gloria al Padre.

Se puede repetir la antífona.
Los magos, advertidos en sueños por el ángel, regresaron a su tierra por otro camino.

PRECES

Oremos al Padre, que ha querido que Cristo fuera luz de las naciones, y digámosle:
-Escúchanos, Padre nuestro.

Haz, Señor, que tu Iglesia se extienda por todo el mundo,
-para que todos los hombres lleguen a conocer la gloria de Jesucristo.

Padre eterno, tú que encaminaste a los sabios de oriente hacia la cuna de Jesucristo,
-manifiesta también a tu Hijo a cuantos buscan la verdad.

Haz que todos los pueblos lleguen a contemplar tu admirable luz,
-para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble.

Envía trabajadores a tu mies,
-para que los pobres sean evangelizados y sea predicado a todo el mundo el tiempo de la salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro.

ORACIÓN

Te pedimos, Dios todopoderoso, que el nacimiento del Salvador del mundo, manifestado a los magos por una estrella, sea comprendido por nuestras mentes cada vez con mayor profundidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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