Primera Lectura

Deuteronomio 30, 10-14

En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: «Escucha la voz del Señor tu Dios, que te manda guardar sus mandamientos y disposiciones escritos en el libro de esta ley; y conviértete al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

Estos mandamientos que te doy no son superiores a tu fuerza ni están fuera de tu alcance; no están en el cielo, de modo que pudieras decir: "¿Quién subirá por nosotros al cielo para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos?"; ni tampoco están al otro lado del mar, de modo que pudieras objetar: "¿Quién cruzará el mar por nosotros para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos?"

Por el contrario, todos mis mandamientos están muy a tu alcance: en tu boca y en tu corazón, para que puedas cumplirlos».

Meditatio

Oratio

Actio


Com-Conf 001 Liturgia Medio


Evangelio

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Lucas 10, 25-37

En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: "Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?" El doctor de la ley contestó: "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo". Jesús le dijo: "Has contestado bien; si haces eso, vivirás".

El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?" El doctor de la ley le respondió: "El que tuvo compasión de él". Entonces Jesús le dijo: "Anda y haz tú lo mismo".

Reflexión