Sacramentos

Pbro. Ernesto María Caro

Si quisiéramos definir qué es un Sacramento, nos encontraríamos con un buen número de respuestas. Sin embargo, quizás la más simple sea: la gracia eficaz (la acción del Espíritu Santo) que Dios concede al hombre mediante un signo sensible que la realiza. Podríamos decir que el sacramento, es el «vehículo» eficaz por el cual Dios nos confiere las gracias necesarias para que nuestra vida sea plena, capacitándonos para vivir con alegría, paz y amor «hasta alcanzar la estatura del varón Perfecto que es Jesucristo» (Ef 4, 13). Existen 7 sacramentos, los cuales, se pueden dividir de diferentes formas con el fin de agruparlos. Así en el principio de la cristiandad se agruparon en: sacramentos de iniciación: bautismo, confirmación y eucaristía; y sacramentos para el desarrollo (perfección) cristiana: reconciliación, unción de enfermos, matrimonio y orden sacerdotal. Desde el Concilio Vaticano II se han hecho otro tipo de agrupamiento para entenderlos desde otra perspectiva, de manera que podemos hablar de los sacramentos de la muerte: bautismo y reconciliación; sacramentos de los vivos: eucaristía, unción de los enfermos, confirmación y sacramentos de estado: orden sacerdotal y matrimonio.

«Puesto que el Espíritu Santo es la unción de Cristo, es Cristo, Cabeza del Cuerpo, quien lo distribuye entre sus miembros para alimentarlos, sanarlos, organizarlos en sus funciones mutuas, vivificarlos, enviarlos a dar testimonio, asociarlos a su ofrenda al Padre y a su intercesión por el mundo entero. Por medio de los sacramentos de la Iglesia, Cristo comunica su Espíritu, Santo y santificador, a los miembros de su Cuerpo». CIC 739